Siempre he pensado en el circo que comienza cuando termina la luz de día en la ciudad. Es como si todo cambiase, la gente, los colores, las voces y los sonidos.
Caminamos por San Antonio en dirección al norte. Hacía un frío horrible. Cabe destacar que yo pensaba que me gustaba el invierno pero ya no. Después de haber vivido en Canadá un invierno con temperaturas que no subían los -15 yo creía que el invierno de acá no me iba a hacer ni cosquillas... muy equivocada estaba porque no hallaba la hora en que llegaramos a un destino con calefacción inluida.
Vimos una escena muy bonita de unas palomas descansando en una ventana en un segundo piso. Sería una linda foto. El profe dijo. Lamentablemente no pude sacarla porque no andaba con mi cámara. Además creo que necesitaba un trípode.
Cruzamos el Río Mapocho. Mucha gente. Muchas culturas también. No entiendo a los Chilenos que palabrean a extranjeros mandándolos a su país. Que básicos. Que verguenza me dan.
Avanzamos más y ahora vamos con destino a una iglesia: La Recoleta Franciscana.
Nunca había entrado anteriormente, solo había pasado por afuera un par de veces caminando y en micro. El profe dijo que estaba abierta así que rápidamente entramos. Digo rápido porque creo que estaba corriendo mucho viento y teníamos frío. Al menos yo.
Era grande. Más de lo que pensaba. Porque las iglesias/catedrales siempre se ven gigantes por fuera y son aún más grande por dentro. Había gente. Estaban en misa.
Yo respeto todas las religiones. Creo que a mis 21 años aún no puedo definir bien mis creencias personales. Creo en mí, más que en nadie obviamente.
No me considero atea, pero tampoco religiosa. Mis papás tampoco lo son, nunca me bauticé ni hice la primera comunión ni esas niñerías que se hacen cuando uno es más chica. Pero si recuerdo haberle pedido a Dios alguna cosa. O decir el típico "gracias a Dios que... blablaba"
Bueno quizá todo este tema de las creencias y religiones tiene para otro post. Acá estamos hablando de nuestro paseo.
Realmente no supe mucho de su vida, pero si caché que la gente le pide mucho, como a la mayoría de los santos.
Caminamos un poco más, tratamos de ser silenciosos (cosa que no creo que pasó) para no distraer a la gente de su misa. Aunque siento que igual nos odiaron. También me fijé en una escalera muy linda que estaba al otro lado, creo que lejos lo más lindo del interior. Me dieron ganas de subirla pero obvio que era imposible.
Para ser sincera, durante la mayoría de nuestra estadía en la iglesia me dediqué a sacarle fotos a los mensajes escritos en los muros. Y quiero compartir con ustedes algunos de mis favoritos.
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"Fray Artesino" <3 |
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nótese el Fran Andresito. Notable el papa Dioh. |
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Un lindo dibujito. |

"Cuentan que una vez logró curar a alguien de su ceguera mojándole los párpados con saliva”, cuenta la profesional. Otro de los milagros que se reconocen de él es que un día caminaba por la calle Santa Rosa pidiendo monedas, “cuando de repente un obrero que trabajaba en un andamio, se vino al suelo y Fray Andresito mirándolo le pegó un grito diciendo: ‘¡Despacito, hermano, despacito!’, y el obrero cayó liviano como pluma, salvando ileso”.
Para cargar aún más de misticismo la figura del religioso, la historiadora agrega que “hasta la actualidad su sangre ha permanecido milagrosamente licuada y sin signos de descomposición”. Y se la adora en hospitales y casas de acogida como símbolo del milagro que puede cambiar nuestras vidas.
Me sorprende la admiración y veneración que tienen este tipo de personas en la religión. Igual sin intención de burla yo me quedo con los mensajitos de la gente. Y quién sabe, quizás en un par de meses iré yo a escribirle a Andresito que me ayude a pasar todos los ramos.
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